Primero nos tuvimos que vacunar con un super jeringuilla.
Despúes miramos nuestra tensión y el oxigeno.
También escuchamos los latidos de nuestro corazón.
Fuimos ayudantes y tuvimos que curar a un enfermo muy especial.
Tuvimos que coserle, ponerle yeso en las piernas y un gotero. Luego lo dejamos descansar en nuestro hospital.
Así quedo nuestro paciente. Y aunque aún está malito todos los días lo cuidamos y poco a poco va mejorando.
¡A ver cuando podemos darle el alta!.
Le hemos firmado en las escayolas para demostrarle nuestro cariño.
Iremos informando de su evolución.